Con la entrada en vigor de la LAU en Mayo del 2023, en la que el Gobierno ha desprotegido al propietario de viviendas de cara al alquiler urbano tradicional, se ha producido una reorientación del mercado hacia el alquiler de pisos por habitaciones. Esta modalidad se rige por el Código Civil y el propietario está, de momento, mucho más protegido en caso de impago del inquilino. Además, es más rentable que alquilando el piso de golpe a una persona.
Ahora bien, no todo es positivo en el alquiler de habitaciones, al propietario se le presentan varios problemas, tales como la convivencia entre diferentes inquilinos que pueden llegar a ser de diversas nacionalidades y culturas.
Para poder alquilar un piso de 3,4 ó 5 habitaciones, es importante establecer unas normas claras y exigibles en aras de una convivencia cívica.
Normas para la convivencia
- En espacios comunes, como la cocina, deberá haber espacio suficiente para que cada uno pueda albergar sus enseres de forma independiente y bien diferenciada, de lo contrario, habrá problemas con seguridad.
- Un punto crucial a tener en cuenta es el control de accesos a las habitaciones: cada habitación debe tener un control electrónico ó una llave para cada habitación con el fin de evitar entradas indeseadas.
- En el alquiler por habitaciones, los suministros de luz, calefacción y agua suele dar lugar a problemas, por lo que resulta primordial tomar una serie de medidas preventivas para evitar que los suministros hagan nuestro piso de alquiler inviable económicamente.
Ahorro en los suministros de luz, calefacción y agua
Empezando con el suministro de luz, hay que mencionar que, cada vez son más los propietarios que instalan contadores de luz prepago por tarjetas para cobrar el consumo que se hace en cada habitación. Lo ideal es que cada habitación tenga una consola de pared frío/calor con clasificación A+++ y con este contador, podremos cobrar por adelantado el suministro de luz. Con ello, se evita el despilfarro de energía y malos entendidos entre los inquilinos. Cada cual paga lo que consume.
Otro suministro que puede generar problemas es el servicio de lavandería: se solventa instalando un monedero digital en cada electrodoméstico para evitar el uso sin control y cobrar, cuando menos, el coste del servicio. Tengamos en cuenta que en una lavandería de calle, el coste de un lavado está en torno a los 6 a 9 euros. Por tanto, no resulta nada descabellado poner un precio de 2 ó 3 euros por lavado en nuestro piso de alquiler por habitaciones.
La instalación de estos monederos es bien sencilla y cualquier electricista está sobradamente preparado para ello. Con ello, se evita el despilfarro de energía y malos entendidos entre los inquilinos. Cada cual paga lo que consume.
Por último, se presenta el problema de las duchas, donde el consumo de agua y gas puede llegar a ser desmedido. Algunos inquilinos permanecen con el grifo abierto hasta 40 y 50 minutos debajo del agua, provocando unos gastos al propietario inasumibles. Más aún con el fuerte incremento que el precio del agua está experimentando en algunas CCAA como Cataluña, Andalucía, Valencia, Aragón y Murcia.
Ante tal problema, el dispositivo que mejor controla las duchas es Acqua Tempus, un temporizador que restringe el tiempo máximo de ducha y después corta dejándola inactiva X minutos. El ahorro en agua y gas es muy considerable, lo que se traducirá en las facturas de agua y gas.
Además evitamos que los baños estén ocupados demasiado tiempo.
Es importante resaltar que estos dispositivos de control del gasto se amortizan rápidamente, en unos 4 a 6 meses, hemos recuperado la inversión.
Otros problemas a tener en cuenta es: Suciedad, desorden, falta de privacidad, fiestas y ruido en casa…
Vivir en un piso compartido con otros inquilinos puede traer dolores de cabeza para los que buscamos soluciones: el tema de la limpieza es otra de las fuentes más frecuentes de conflictos; es importante poner unas reglas claras desde el principio para evitar malos entendidos
La falta de privacidad se solventa con las llaves de acceso de tal manera que sólo pueda entrar a la habitación el huésped. El resto tendrán que llamar a la puerta antes.
Los ruidos o la música alta también dan problemas de convivencia en los alquileres por habitaciones; en tal caso, hay que dejar bien claro los horarios de poder poner música y el volumen aceptable. De lo contrario, los roces van a estar asegurados.
Para concluir, podemos decir que todos estos ítems enumerados en este artículo son las consideraciones a tener en cuenta a la hora de poner un piso en alquiler por habitaciones, con el objetivo de poder obtener una rentabilidad adecuada y una convivencia pacífica entre sus inquilinos.
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